El BM Granollers “huele” a segunda fase en la Europe League
Si usted no vio el partido del martes noche en el Palau d’Esports de Granollers o, sencillamente, se fue enfadado a casa al descanso del mismo porque los vallesanos perdían ante el conjunto danés de 3 goles (16-19), es imposible que se crea lo que ocurrió en una segunda parte memorable que nos va a quedar grabada en la memoria a los aficionados del balonmano granollerense.
Cómo es posible que un equipo que fue un auténtico coladero en defensa durante 30 minutos, salga del vestuario y, en la segunda parte, solo “permita” a un conjunto lleno de extraordinarios jugadores como los del Silkeborg, con internacionales de renombre aunque algo ya maduretes, que nos metan 8 goles. Si, han leído bien. El Balonmano Granollers consiguió un parcial de 20-8 en una segunda parte absolutamente épica y donde le salió todo aquello que, en la primera parte, fue imposible. Pero vayamos por partes, como diría el Hannibal Lecter balonmanero.
Los de Antonio Rama empezaron el partido sabiendo lo importante que era. Si hoy el Granollers no vencía a los daneses ya podían ir despidiéndose de la siguiente fase de octavos de la Europe League, salvo milagro de última hora que, como todos sabemos, en el deporte de élite se ve en pocas ocasiones salvo que seas el Madrid de fútbol y disputes el minuto 90 y pico de partido. Me centro y vuelvo al partido de balonmano. Dejemos el futbol para los millonarios con presupuestos millonarios.
Tantos nervios tenían los chicos de Rama que dejaron “las puertas abiertas”, en los minutos iniciales, a unos daneses frescos y con muchas soluciones en ataque. De hecho, a los 8,20 minutos ya vencían los visitantes por cinco goles de diferencia (2-7). Reacciona Antonio Rama, tiempo muerto y respuesta local hasta acercarse al 7-8 cuatro minutos más tarde. De ahí en adelante la goma se estiraba hasta un máximo de 3 goles o se encogía a uno solo, siempre a favor de los daneses.
Los del Silkeborg veían la portería local muy grande. Prácticamente todo lo que lanzaban iba hacia dentro gracias a las facilidades defensivas locales que dejaban circular a los extremos y pívot por dentro del área a sus anchas y permitían a los primeras líneas lanzar con comodidad o encontrar esos pases sencillos a esos jugadores que no pararon de moverse en ataque y ante los que la defensa vallesana parecía no encontrar ni método ni forma de frenar. En definitiva, que perder sólo de tres (16-19) al descanso era hasta un buen resultado para el Granollers y para los aficionados locales. Fíjense si todo el mundo veía mal el tema y cuesta arriba el partido.
Lo que nadie contaba es que en el vestuario Antonio Rama les cambiara el chip, uno a uno, de tal forma que salieron al campo con un orden defensivo, con soluciones para interceptar los pases a los segundas líneas y frenar los repetidos cruces daneses, con anticipaciones a las recepciones de los extraordinarios lanzadores visitantes, que desarboló completamente a los visitantes y les obligó a poner algo en el partido que, a esas alturas, ya carecían: gasolina.
Anteriormente hemos remarcado que el Silkeborg era un equipo magnífico de grandes jugadores pero muy veteranos. Y, a partir del minuto 9 de esa segunda parte en la que el joven Víctor Romero (recién llamado a formar parte de la selección absoluta) empató el partido a 21 goles, todo cambió. Los daneses se vieron desbordados, se “fundieron” y dejaron de jugar a balonmano para convertirse en meras marionetas en manos de unos jóvenes jugadores del Granollers que no hacían más que martillearlos sin cesar. Un parcial de 20-8 en 30 minutos es más propio de un partido de infantiles que de uno de Europe League.
No quisiera cerrar la crónica del partido sin destacar la coralidad de la influencia de los jugadores vallesanos. Hoy el maravilloso Roberto Rodríguez no tuvo el día pero surgió Pau Panitti del banquillo para ser figura en la portería. Hoy Antonio García recibió un marcaje terrible que le hizo fallar demasiados lanzamientos, pero estuvo perfectamente cubierto por un Ferrán Castillo impresionante con 7 goles de 7 lanzamientos. O un Gerard Domingo inédito en la primera parte que en la segunda consiguió 5 golazos, los mismos que el mencionado Romero, o los 3 de un especialmente trabajador Urdangarín. Pero hay que poner en el podio al impetuoso y más que eficaz pivot Iván Montoya que fue el máximo goleador del partido con 8 goles de 9 intentos. Chapeau a todos ellos porque colapsaron a un gran equipo danés.
Por cierto, con este resultado el Balonmano Granollers tiene una ventaja de goal average (diferencia de goles marcados a goles encajados) difícilmente superable por el Silkeborg para optar al segundo puesto, como mínimo, y clasificarse para la siguiente fase de octavos. El Granollers cuenta con un +9 mientras que el Silkeborg tiene un -19 aterrador. Los de Rama podrían darse el lujo de perder, incluso, en Dinamarca el próximo martes por escasa diferencia y, ganando en casa al Zabrze polaco, estaría ya clasificado. Todo un éxito que, en la media parte del partido de hoy, les aseguro que nadie de los miles de aficionados que veíamos el partido en directo, podría ni soñar.