El BM Granollers se pierde la final de la Copa de España
El Torrelavega se ha hecho, con total merecimiento, con una de las dos plazas de la final de la Copa de España, antes Copa del Rey, al vencer sobradamente y con justicia al BM Granollers por 31-26 en un encuentro con dos partes desiguales.
En cualquier caso, alcanzar la final de la Copa de España no es tarea fácil para nadie. Entre otras cosas porque se la disputan los cuatro mejores equipos de la primera vuelta de la Liga, es decir, los mejores tras los primeros 15 encuentros. Y pasar a semis significa ser el mejor de los “mortales” en invierno. Honorifico, sí, pero significativo, también. El “otro” siempre suele ser el equipo de fútbol que suma el presupuesto de los 3 contrincantes de la Copa (Bidasoa, Torrelavega y Granollers) y lo multiplica por cuatro o cinco. Casi nada.
Era la segunda ocasión a lo largo de la presente temporada en la que el Granollers y el Torrelavega se veían las caras. Los cántabros demostraron calidad y un balonmano de muy alto nivel, aunque se han quedado fuera de la Main Round de la Europe League (donde sí se encuentran tanto Bidasoa como Granollers), antes del parón de selecciones y navidades. En el partido de liga Asobal disputado en Granollers el 7 de diciembre, los santanderinos estuvieron dominando la mayor parte del partido, pero permitieron un empujón de los vallesanos que les empató en el último momento a 32. Un precioso partidazo de balonmano.
Hoy, tras mes y medio sin competir ambos equipos, debido a las fiestas navideñas y a la celebración del Mundial de balonmano donde España acabó defraudando, se han vuelto a enfrentar Batcho Torrelavega y Fraikin Granollers.
La primera parte ha sido un auténtico tiovivo, muy semejante a lo ocurrido en Granollers hace dos meses, con una sola diferencia: hoy se notaban las costuras de estar mes y medio sin competición grupal. Los primeros 30 minutos fueron muy igualados, con ventajas máximas de 1 gol hasta que el Granollers consiguió dominar sus fallos en ataque y mostrarse más sólido en defensa. Del 7-7 se pasa a la máxima ventaja de este primer tiempo con 7-10 y, luego, 8-11 para los catalanes. Obligado tiempo muerto que solicita el entrenador cántabro Jacobo Cuétara a falta de 9.30 minutos. Y, por lo visto, tiempo muerto útil pues consiguió el Torrelavega un parcial de 8-3 para llegar al descanso con dos goles de ventaja: 16-14.
En la reanudación parece que los chicos de Antonio Rama se hubieran dejado la brújula en el vestuario pues iniciaron la segunda parte como si aún estuvieran durmiendo la siesta y absolutamente desorientados. Contínuas pérdidas de balón en ataque y contínuos pasillos en defensa para cómodos tiros visitantes dieron la “excusa” perfecta al Torrelavega para demostrar que el mes y medio de inactividad les ha sentado mejor.
Salvo el 16-15 inicial del segundo tiempo (un espejismo), el Granollers no estuvo cerca de su rival, a 4-5 goles de los cántabros, en toda esta fase de partido y no reaccionaron ante los cambios de jugadores ni de defensa u opciones tácticas en ataque. Vamos, que se fundieron y perdieron por un contundente 31-26. No hay más que añadir.
Salvar, salvar, del Granollers pocas cosas al margen de los 20 minutos iniciales de la primera parte. Probablemente las ganas y los goles de Antonio García mientras el cuerpo le aguantó y las paradas de Pau Panitti, que debería empezar a tener más minutos en la portería, como hoy, pero saliendo antes. Es una lástima que se haya dejado pasar la oportunidad de disputar una final de la Copa de España pero, visto lo visto, el único que lo ha merecido es el Torrelavega de Jacobo Cuétara. Felicidades a los cántabros.