El Montpellier sudó su victoria en Granollers
En muchas ocasiones resulta curioso el deporte del balonmano. Hoy ha sido una de ellas. Se enfrentaban en Granollers dos de los equipos más “cañoneros” de Europa con medias de 35 goles cada uno, aproximadamente. Uno, el equipo vallesano, primer campeón de un título europeo en España allá por 1.976. En frente, un doblemente campeón de la Copa de Europa y de multitud de Ligas francesas: el Montpellier.
A priori podríamos pensar que los franceses que dirige ahora Erick Mathé tendrían un paseo poco menos que militar este martes tarde en el Palau d’Esports de Granollers dado que dipone de una plantilla más de Champions que de Europe League. Un equipo hecho para ganar esta competición. Pero no fue así, más bien lo contrario.
Los chicos de Antonio Rama hicieron sentir orgullosos a su afición, lo dieron todo y, en muchas fases del partido, hablaron de tú a tú con los franceses. Probablemente lo que el Montpellier se gasta en desplazamientos y dietas sea, casi, el presupuesto del Fraikin Granollers. Pero qué más da cuando hablamos de balonmano, Que más dá cuando hablamos de las ganas y la desvergüenza de nuestro joven equipo. Que más dá cuando hablamos de jugar en el Palau ante los tuyos.
Este martes tarde noche el Balonmano Granollers plantó cara y, encima, jugó un gran balonmano. Hizo su mejor partido en defensa en lo que llevamos de temporada encajando sólo 28 goles ante el mejor ataque de la Europe League. Contra ese equipo francés que la pasada semana venció al Silkeborg danés por nada menos que 40-26.
Los galos empezaron el partido dominándolo hasta alcanzar la máxima renta (minuto 12) con cuatro goles de ventaja y 4-8 en el marcador. Fue entonces cuando el Granollers despertó de su letargo, se olvidó de los complejos de jugar ante un histórico y empezó a presionar en defensa, a obligar a perder balones al rival y a apoyarse en un porterazo de lujo como el sevillano Roberto Rodríguez que, en ese primer tiempo, paró 10 de los 24 tiros que recibió. Un porcentaje de efectividad del 42% que resulta del todo impresionante.
Pero además los muchachos de Antonio Rama, el entrenador local, empezaron a encontrar mejores posiciones de lanzamiento y llegaron a ponerse a un solo gol (11-12) a los 25 minutos. Una exclusión de Freitas a falta de 4 para el descanso dio camino libre a que los franceses se lo cobraran en goles y el resultado a la media parte fuera de 11-14.
Tres goles de desventaja, tras lo visto en la primera parte, no era tarea imposible de remontar para el Granollers. Y así fue. En una segunda parte para enmarcar por el coraje y la capacidad mental de superación, el Balonmano Granollers demostró que sabe defender fuerte, que sabe cortar líneas de pase y sabe contraatacar. En ocho minutos consiguió empatar a 16 y, a partir de entonces, el partido entró en una fase que parecía favorable al lado local pero que, gracias a la experiencia y la calidad de los galos basada en los goles de Simonet y Hesham (6 goles cada uno) cayó hacia los franceses que lucharon fieramente por mantener diferencias y conseguir llevarse esos dos puntos tras el 24-28 final.
Si algo hay que resaltar en un resumen periodístico es que el Balonmano Granollers necesitaba un partido así para creerse sus posibilidades, para creer en la calidad de sus jugadores, por jóvenes que sean. Que se han perdido balones absurdamente, pases al vacío, que se han precipitado en varios momentos, es obvio. Pero, a pesar de todo eso, han conseguido mirar de frente a un cuadro confeccionado para ganar esta competición. Hoy el BM Granollers es más maduro, hoy los chicos de Rama son más jugadores y tienen más futuro. Y oportunidades van a seguir teniendo para poder demostrar sus calidades y cualidades. Partidos, buenos partidos de balonmano, no les va a faltar.