El BM Granollers gana en Guadalajara padeciendo y con suspense

Sangre, sudor y ¡¡¡ Panitti !!!

Es obvio que el equipo que dirige Antonio Rama juega a un balonmano de nivel. A un balonmano eléctrico. A un balonmano hecho a base de ataque y contraataque donde la velocidad marca el destino. Pero, también, es obvio que el Balonmano Granollers juega con corazón y suspense. Siempre haciendo malabarismo en el filo del alambre.

¿Pero qué sería nuestro BM Granollers si no jugara así? Probablemente un equipo anodino, aburrido, inconsistente y poco agradable a la vista del buen aficionado al balonmano y menos del exigente aficionado vallesano que sólo pide una cosa: lucha. O dos, “pit i collons”.

Anoche, en Guadalajara, en lo que debiera ser un partido “de los fáciles” ante uno de los rivales de la parte baja de la tabla, se volvió a sufrir. ¿Qué por qué? Pues muy sencillo, porque esto es balonmano. Ese deporte que del segundo (al del fútbol me olvido porque no está al nivel de recursos de los otros 15) al último todos pueden ganar, perder o empatar entre ellos. Así es de bonita e igualada la liga Asobal. Así es de entretenido este deporte.

Como decíamos y para no variar con el guion, el Granollers salió al parqué del Pabellón de Guadalajara, absolutamente “acarajotao” y sacando la lengua mientras se topaba con el muro defensivo de los alcarreños. Al menos hasta el minuto 19 en el que Montoya consiguió empatar a 9 goles. A partir de allí uno por abajo o empate hasta el descanso: 12-11 o el guarismo más reducido en lo que llevamos de competición en 30 minutos de juego. Fíjense que poco acostumbrados estamos a esas puntuaciones que el máximo goleador vallesano al descanso fue Pablo Urdangarín con dos goles únicamente: el primero del partido para el Granollers y otro de penalti a los 11 minutos.

Tras el merecido descanso pareció calcarse el inicio del partido: los alcarreños tomaron el mando del marcador y la iniciativa, aprovechando que su defensa conseguía maniatar a los catalanes y que sus recuperaciones y posesiones ofensivas veían portería con más facilidad que sus visitantes. Sin embargo, desde el banquillo Antonio Rama tomó decisiones y varió la portería, dando entrada a Pau Panitti por un Roberto Rodríguez que no desequilibraba, aunque estaba en buenos porcentajes y, sobre todo, “repescó” a Pablo Urdangarín para el lateral derecho consiguiendo, ahí sí, tocar balones y ser desequilibrante a la par que dejar el extremo libre a Sergi Franco para que este se luciera también.

Pablo Undargarin lanzando desde 7 metros - Foto Santi Molina

Si además sumamos al hiper efectivo Iván Montoya en ataque, tenemos la clave de cómo el equipo pudo darle la vuelta al marcador. Pablo empata a 27 faltando poco más de 5 minutos. Minuto y medio después Panitti hace un paradón ante Simón. Ataca el Gran Capitán y poste y fuera. Lo mismo le ocurre al alcarreño Simón en el siguiente ataque, cuestión de mimetismos. Pero en el siguiente también toma la responsabilidad Antonio García y consigue marcar el 27-28 a falta de 2 minutos y 36 segundos. ¡¡La primera ventaja vallesana en todo el partido!!

Conseguir mantener una ventaja de 1 gol durante dos minutos y medio parecía tarea imposible ante el nivel exhibido hasta ese momento por el Guadalajara. Pero es, precisamente, en esos estadios de los partidos cuando la experiencia y la costumbre a momentos tensos se notan. Eso y los tres paradones de San Pau Panitti que dejaron el marcador en ese 27-28 y dieron dos puntos vitales al Balonmano Granollers en su último partido del año y antes del Mundial 2025.

Paradón de San Pau Panitti - Foto Santi Molina

La Copa de España pendiente del Ademar

El equipo de Antonio Rama no se jugaba sólo dos puntos si no la opción de estar entre los cuatro primeros equipos de la liga a mitad de temporada, lo que concede el pase a la fase final de la Copa de España (antigua Asobal), salvo el caso de que el organizador fuera un equipo que no quedara entre esos cuatro, por lo que entonces serían sólo los tres primeros clasificados los que la disputarían junto al equipo organizador.

Curioso que a estas alturas no se sepa el organizador, pero más curioso es el sistema de puntuación para dictaminar los puestos en caso de empate. Nos explicamos. En el caso que el Ademar de León (¡que buen equipo!) ganara hoy al Logroño, tendría los mismos puntos que el Granollers: 20 puntos. Con los mismos partidos jugados, ganados, empatados y, obviamente, perdidos. Ese cuarto puesto se dirimiría, entonces, por el resultado del encuentro entre ambos producido hasta ese momento, es decir, por el disputado en León y que ganó el Ademar por 31-24 el 1 de diciembre.

Vamos, que para mí es como jugar con cartas marcadas pues no se han celebrado los dos encuentros entre ambos que reflejaría las diferencias reales entre esos dos equipos. Lo lógico sería que el cuarto puesto lo ocupara quien mayor diferencia de goles a favor y en contra llevare en ese momento. Sería lo más justo en una competición de todos contra todos a la que sólo se cumple la primera vuelta. Pero no. Cosas de Asobal y federaciones que no entendemos demasiado. En cualquier caso tampoco está mal no asistir porque significa menos gasto y ahorrarse ver al futbolero de siempre recoger el trofeo sin despeinarse con su versión B, C o la que quiera.