Fomento considera que las pymes son las perjudicadas por la reducción de jornada
La reciente aprobación por parte del Consejo de Ministros de la reducción de la jornada laboral máxima a 37,5 horas semanales sin reducción salarial ha generado una gran preocupación entre las pequeñas y medianas empresas (pymes) de Catalunya. Esta medida, impuesta sin un profundo diálogo con los sectores productivos, pone en riesgo la viabilidad de miles de negocios, especialmente en un momento de débil de crecimiento económico e incertidumbre en muchos sectores.
En un comunicado enviado a sus asociados de toda Catalunya Fomento considera que “Las organizaciones empresariales territoriales de Catalunya queremos alertar de que esta reforma afectará de forma desproporcionada a las pymes catalanas , que representan más del 99% del tejido empresarial y son el motor de la economía del país. A diferencia de las grandes corporaciones, las pequeñas y medianas empresas tienen menor capacidad para absorber los costes adicionales derivados de esta reducción de jornada, lo que puede derivar en una menor contratación, mayores dificultades para mantener la competitividad y, en algunos casos, la inviabilidad económica del negocio”.
Incide la patronal catalana “La medida llega en un contexto en el que las pymes todavía arrastran los efectos de la inflación, el incremento de costes energéticos y la carga fiscal elevada. Reducir la jornada sin una disminución proporcional de los costes laborales supone un golpe adicional para la productividad de las empresas, que tendrán que afrontar un aumento de costes sin un incremento proporcional de la actividad. Esta situación puede obligar a muchas empresas a reducir las horas productivas sin poder compensarlo con más contrataciones, lo que provocará una pérdida de competitividad en sectores claves como el comercio, la industria y la hostelería”.
Consideran que “la rigidez de esta normativa supone un freno a la flexibilidad que necesitan muchas empresas para adaptarse a la demanda del mercado. La aplicación generalizada de una jornada reducida no contempla las necesidades específicas de sectores que funcionan con estacionalidad, turnos rotativos o servicios de atención al público, y que ya tienen dificultades para encontrar mano de obra calificada. Esta falta de flexibilidad perjudicará especialmente a las pymes catalanas , que tienen menos margen para adaptarse a estos cambios de forma rápida y efectiva”.
En cuanto al nivel de comparativa con otros países indica la patronal Fomento que “La experiencia en otros países demuestra que la reducción de la jornada laboral puede tener efectos positivos si se aplica con una estrategia bien diseñada, incentivos a la productividad y mecanismos para facilitar la transición. Sin embargo, el modelo aprobado por el Gobierno español no ha previsto medidas compensatorias reales para las pequeñas empresas, lo que puede provocar un efecto contrario al deseado: una reducción de la actividad y, en última instancia, una posible destrucción de empleo”.
Por último, apostillan “Desde nuestras organizaciones empresariales reclamamos al Gobierno español una revisión urgente de esta medida y el establecimiento de un diálogo real con los representantes de las pymes para encontrar soluciones viables. Proponemos que se establezcan mecanismos de apoyo para las empresas más afectadas, como bonificaciones fiscales, ayudas a la contratación o una aplicación progresiva para aquellos sectores con mayores dificultades para asumir esta reducción. Las pymes son el verdadero motor de la economía catalana y española, y no puede legislarse sin tener en cuenta su realidad”.