Salvador Illa emite su primer discurso como Presidente de la Generalitat
Salvador Illa emite su primer discurso como Presidente de la Generalitat a través de un mensaje de unos 5 minutos de duración emitido por la televisión catalana y las redes sociales. En un discurso muy institucional y sin intención de “hacer daño” a nadie, Illa ha puntualizado que “es tan importante que los servicios públicos de Cataluña recuperen la excelencia que los ciudadanos y ciudadanas os merecéis”, refiriéndose a la educación en particular y a los servicios públicos en general.
El presidente Illa ha recordado la obligación que tiene su gobierno de garantizar el acceso a la vivienda, especialmente para nuestros jóvenes, de garantizar unos salarios dignos para los trabajadores y trabajadoras y de garantizar la plena igualdad entre hombres y mujeres, a los que considera tres puntos básicos de su gobierno.
Asimismo, Salvador Illa ha insistido a los ciudadanos y ciudadanas de Cataluña que “todos los que vienen a mejorar Cataluña son catalanes”, con los mismos derechos y los mismos deberes que todos nosotros.
El mensaje se ha emitido junto a las cuatro columnas de la Lonja de Levante del Palau de la Generalitat. Al fondo de esta ubicación se observa el busto de Josep Tarradellas, del escultor Josep Maria Subirats, un elemento para reivindicar su figura y su capacidad de diálogo.
A continuación, tienen íntegro el discurso de Salvador Illa y, al final, el video con su mensaje:
DISCURSO DE SALVADOR ILLA (noche del 10 de setiembre del 2024): (traducido al español)
Queridos conciudadanos y queridas conciudadanas, buenas noches.
Me dirijo a todos y todas ustedes por primera vez como presidente de la Generalitat de Catalunya para desearles una buena Diada.
La Diada es uno de los días más significativos de nuestro calendario. Una jornada para disfrutar, para pasear. Para reflexionar sobre quiénes somos y hacia dónde queremos avanzar como país y como sociedad. Una jornada para reafirmar nuestra voluntad de ser y de convivir. Pero, sobre todo, la Diada nacional debe ser un momento para compartir y para reencontrarnos. Porque la Diada nos pertenece a todos los catalanes y a todas las catalanas.
El mundo está viviendo cambios profundos y acelerados, como hacía muchos años que no veíamos: cambios económicos y sociales, cambios geopolíticos, cambios tecnológicos y también cambios medioambientales. Cambios que presentan riesgos y también oportunidades. Para esquivar los riesgos y aprovechar las oportunidades es importante que pongamos el acento en lo que nos une. Para esquivar los riesgos y aprovechar las oportunidades, debemos confiar en nosotros mismos, en Cataluña y en su pluralidad.
Quiero decirles que tengo plena confianza en el país y en su gente. Venimos de lejos: estos últimos días he tenido la oportunidad de reunir al Gobierno en el Monasterio de Poblet y de estar en la Abadía de Montserrat para inaugurar con el padre abad y la comunidad benedictina los actos del Milenario. Dos referentes, Poblet y Montserrat, que nos recuerdan nuestras raíces y nos proyectan hacia el futuro. Un futuro que se construye en las escuelas, como la escuela Salvador Dalí de Figueres que visité ayer, donde maestros y alumnos, como en tantas escuelas e institutos que han iniciado el curso, están haciendo un buen trabajo.
Tengo la plena convicción de que una nación próspera y justa para todos se construye realmente en las aulas, en los centros de atención primaria, en las bibliotecas, en los centros de la tercera edad y en las calles y plazas de unos barrios seguros. Por eso es tan importante que los servicios públicos de Cataluña recuperen la excelencia que los ciudadanos y ciudadanas os merecéis. Atender esta prioridad nos hará mejores como país.
Y también, por supuesto, garantizar el acceso a la vivienda, especialmente a nuestros jóvenes. Garantizar unos salarios dignos para los trabajadores y trabajadoras. Y garantizar la plena igualdad entre hombres y mujeres. Se trata de tres retos que comparten tres premisas básicas: Generar prosperidad, prosperidad compartida, gobernar con las prioridades correctas y gobernar para todos.
Por eso también estaremos al lado de los centros de investigación punteros que tenemos en Cataluña, de las universidades, del tejido empresarial y productivo emprendedor y del sector agroalimentario.
Servicios públicos de excelencia, sociedad civil dinámica y quiero destacar la tercera fortaleza de Cataluña: su diversidad. Cataluña también se ha hecho a sí misma gracias al trabajo de generaciones de personas venidas de los pueblos de España y de todo el mundo. No podemos cerrar los ojos a la realidad del fenómeno migratorio. Se trata de una emergencia global fruto de la desigualdad en el mundo y que ningún país puede resolver por sí solo. Cataluña siempre ha sido tierra de acogida y tierra solidaria. Y ahora volverá a ser ejemplar.
Ciudadanos y ciudadanas de Cataluña: todos los que vienen a mejorar Cataluña son catalanes. Con los mismos derechos y los mismos deberes que tenemos todos nosotros.
La Diada es un buen momento para mirar el futuro con optimismo y con esperanza. Tenemos mucho que mejorar y mucho trabajo por hacer. No tengo ninguna duda de que lo haremos y que lo haremos bien. Porque cuando elegimos los objetivos, Cataluña demuestra su verdadero potencial. Cataluña es y debe ser un proyecto colectivo que nos vincule a todos y a todas sin distinciones. Tenemos el capital humano, social y político para hacerlo.
Como les decía al principio, en este mundo de cambios nada nos es ajeno. Por eso, el 11 de septiembre también tenemos un recuerdo para las víctimas del atentado de Nueva York del 11 de septiembre de 2001, hace ya 23 años. Y también quiero enviar un abrazo afectuoso a la comunidad chilena en el aniversario de la muerte de Salvador Allende, el 11 de septiembre de 1973, símbolo de la defensa de la democracia.
Ciudadanos y ciudadanas de Cataluña, la Diada es una gran invitación a convivir y a compartir. Disfrútenla con alegría y civismo.
¡Muy buena Diada a todos y a todas!