BARCELONA: ECHA A ANDAR EL SUPERCOMPUNTING
Barcelona acoge desde ayer y hasta mañana viernes el lanzamiento del International Trillion Parameter Consortium (TPC) –en inglés, consorcio del billón de parámetros– que reúne muchas de las grandes instituciones de supercomputación del mundo para acelerar el desarrollo de la inteligencia artificial generativa en la ciencia y la ingeniería. Esta asociación, creada el año pasado, tiene previsto facilitar la colaboración entre los expertos en IA y en computación de altas prestaciones, los científicos y los centros de supercomputación con el objetivo final del mejor aprovechamiento de la IA para la investigación. El anfitrión del encuentro es el Barcelona Supercomputing Center (BSC), que alberga el supercomputador MareNostrum 5.
Mateo Valero, director del BSC, señaló en la presentación del consorcio que “el poder predictivo de los modelos lingüísticos de grandes dimensiones los ha hecho cada vez más esenciales en muchos ámbitos científicos, cosa que plantea nuevos retos, pero también importantes oportunidades. Este acontecimiento es una ocasión por explorar como la IA generativa está reconfigurando la ciencia y la ingeniería, y para acelerar la adopción en varios campos”.
El consorcio se ha organizado en grupos de trabajo que durante los dos próximos días debatirán cómo coordinarse para aprovechar los recursos que ofrecen disponer de las máquinas de computación más potentes del mundo para construir modelos de lenguaje de inteligencia artificial dedicados a la ciencia y la investigación.
El último objetivo del TPC es crear una red mundial de recursos y conocimientos que facilite el trabajo en equipo junto con “la formación de la próxima generación de investigadores en IA y disciplinas afines interesados en el desarrollo y el uso de la IA a gran escala para el avance de la ciencia y la ingeniería”.
En definitiva, frente a los grandes proyectos privados de desarrollo de inteligencia artificial, los grandes centros mundiales de supercomputación buscan que la tecnología esté al servicio del bien común y se rija por los mismos principios éticos que rigen la ciencia y la investigación. La propuesta presentada en Barcelona es que el TPC actúe con “transparencia, imparcialidad y prácticas éticas de IA, incluida la adaptación a las directrices científicas y gubernamentales, el fomento de la transparencia, la mitigación de los prejuicios, la detección de la fiabilidad, la protección de la privacidad, el fomento de la colaboración y la adopción de la adaptabilidad” en el desarrollo propio que harán de la IA.
En el evento participan algunos de los principales responsables de centros de supercomputación mundiales, como el japonés Satoshi Matsuoka, director del centro para la ciencia computacional RIKEN, encargado del desarrollo del supercomputador Fugaku, que mostró en un ejemplo cómo la IA puede ser de utilidad en un fenómeno como los tsunamis, de especial importancia en su país. El entrenamiento de un modelo de inteligencia artificial, según mostró Matsuoka, puede hacer posible obtener de forma muy precisa y rápida las previsiones de inundaciones antes de que un tsunami alcance tierra, lo que puede ayudar a prevenir mejor y advertir a las poblaciones que serán afectadas.
Uno de los promotores principales del consorcio es Rick Stevens, director asociado del Argonne National Laboratory de Estados Unidos, que ha construido el supercomputador Aurora, una máquina de la categoría exaescala, que es como se denominan los primeros sistemas que alcanzan una potencia de un exaflop, 1018operaciones de coma flotante por segundo. Para entender su potencia, basta recordar que el procesador de un móvil actual funciona a una frecuencia de un gigaherzio, mil millones de ciclos por segundo, y que un supercomputador exaescala funciona a mil millones de veces esa velocidad.
Stevens explicó ayer el desarrollo de algunos de los proyectos que su organización lleva a cabo en Estados Unidos. Entre las cuestiones por resolver apuntó “¿cómo puede la IA para acelerar el despliegue de desarrollo de fuentes de energía que nos ayudan en la transición energética para la gestión del clima mundial?”.
Diversos grupos de trabajo internacionales debatirán en los próximos días cómo coordinarse
Fabrizio Gagliardi, representante del BSC en el consorcio y coordinador del encuentro de Barcelona, señaló que “el elevado coste computacional del entrenamiento de estos modelos exige esfuerzos compartidos. Al abordar retos como el intercambio de datos, la concesión de licencias y el desarrollo ético de la IA, el TPC pretende reducir la duplicación de esfuerzos y acelerar los avances a IA”.