"Houston, tenemos un problema"... con la Educación

La famosa frase de los tripulantes del Apolo XIII alertaba de una catástrofe inminente. Esta frase podríamos hacerla nuestra si volvemos a hablar de la Educación en nuestro país.

De forma tercamente repetitiva, los informes PISA y, más recientemente, el informe TIMSS (ambos informes evaluadores son objetivos e internacionales), nos advierten de que Cataluña está haciendo algo mal en Educación.

Los resultados de Cataluña no pueden ser más decepcionantes. Estamos a la cola en comprensión lectora, expresión escrita y matemáticas.

Los anteriores gobiernos catalanes pasaron de puntillas sobre estas evidencias y descargaron la responsabilidad del desastre en el exceso de inmigración y en la poca formación del profesorado, según declaraciones de sus máximos responsables que podemos encontrar en las hemerotecas. Como si en otras comunidades de España no hubiera inmigración y como si los docentes fueran los responsables de todo.

Esta interesada y simplista opinión de las anteriores administraciones catalanas no se ajusta a la realidad y contrasta con nuestro criterio. En un artículo anterior publicado en cat.noticias ya aportamos nuestra visión exponiendo los motivos (más de uno) por los que la educación de nuestro país está a la deriva.

Por otro lado, la Fundación Bofill (hiper subvencionada por la Generalitat), como "gurús" de la Educación en las etapas convergentes y republicanas, acaba de publicar, ante los nefastos resultados, sus "recetas" para revertir la situación. No vemos en ellas ninguna autocrítica ni un paso atrás en sus propuestas pedagógicas anteriores que nos han llevado al punto en el que estamos. De hecho, suenan a "más de lo mismo", ya que de las trece recomendaciones presentadas, ocho vuelven a poner el foco en la formación del profesorado, señalándolos indirectamente como responsables de los bajos resultados.

Nada más lejos de la realidad a nuestro entender.

En una entrevista publicada hace pocos días, la nueva consejera de Educación (socialista esta vez) apuntaba en otras direcciones. Afirmaba que el sistema necesita estabilidad y recursos, no cambios abruptos ni un financiamiento insuficiente, hecho que celebramos.

Lamentablemente, Niubó se dejaba seducir por los cantos de sirena que exigen más formación al profesorado. (Se están estudiando proyectos de nuevas titulaciones docentes en matemáticas, por ejemplo).

Nosotros no estamos en contra de una buena formación y de un aprendizaje continuo. Pero nos oponemos a compartir la opinión de que los problemas de la Educación en Cataluña empiezan o terminan con el profesorado.

El cuerpo docente, piedra angular del sistema, está decepcionado con sus dirigentes y necesita apoyo y recursos para llevar a cabo dignamente su impagable misión.