Opinión

Alba Barnusell: es momento de tomar decisiones

El verano ha sido toda una montaña rusa para los políticos socialistas de la capital del Vallés Oriental, Granollers. Por un lado, todos se pusieron muy contentos con la investidura de Salvador Illa como President de la Generalitat. No en vano no sólo son compañeros de partido y paisanos comarcales sino también compañeros de “fatigas” y luchas políticas desde hace muchos años. Un subidón, sin duda.

El problema (el bajón) viene cuando nadie esperaba que al teniente de alcalde Jordi Terrades (quien tenía un maravilloso viaje a Egipto junto a su familia para esas fechas) se le encomendara la tarea de dirigir y controlar el área más fuerte y pesada del Gobierno socialista de la Generalitat, como secretario general de Territori, Habitatge i Transició Ecològica, áreas que dependen de la consellera Silvia Paneque, fomando parte en lo que se ha denominado “sottogoverno” de Salvador Illa. Es decir, los pesos pesados de confianza plena, auténticas manos derechas del nuevo presidente.

El mundo socialista granollerense (y los no socialistas como yo también) se ha alegrado, y mucho, por el nuevo destino más que merecido de Jordi Terrades, pero a su vez ha dejado un hueco (por no decir agujero) enorme que hay que tapar. Y aquí no valen remiendos. Terrades dirigía desde hace dos décadas las áreas más “delicadas” del Ayuntamiento como son Hacienda, Contratación y Patrimonio, Recursos Humanos y Organización.  Deja un auténtico puzle acompañado por un dolor de cabeza de nivel superlativo para la alcaldesa Alba Barnusell que va a tener que dar respuesta a muchos “melones” abiertos y tomar soluciones con urgencia.

De entrada, la baja de Terrades produce el ingreso de Vanessa Jiménez como regidora, la 14ª de la lista, al ser incompatible para Terrades simultanear su cargo en la Generalitat y la concejalía. Obviamente, deberá asignársele cartera a la nueva regidora una vez admita su nombramiento en el Pleno. De todas formas, Vanessa Jiménez no está especializada en la gestión interna y presupuestaria que dominaba Terrades, por lo que deberán ser asumidas esas carteras por otros compañeros de consistorio.

Por peso, conocimiento y capacidad es probable que tanto Álvaro Ferrer como Gemma Giménez, asuman esas funciones. No en vano son el primer y segundo teniente de alcalde de la ciudad. Ahora añadamos que la regidora Andrea Canelo, por eso del Inem particular que tiene el PSC y que obliga a Salvador Illa a poner personas de confianza a su alrededor, pasa a ser Diputada al Congreso de los Diputados en Madrid al ser la 17ª de la lista socialista de Barcelona al congreso de las pasadas elecciones generales.

Seguro que a estas alturas Andrea Canelo se acordará de la conversación que tuvimos a pie de urna en la jornada electoral (yo como votante, ella como apoderada) en la que hablábamos de los muchos casos de “corrimiento” de la lista que podían hacerle ir al Congreso a lo largo de una legislatura. Pues dicho y hecho. Canelo, que en principio va a mantenerse como concejal, pretende simultanear ambas funciones; actualmente es la 3ª teniente de alcalde y responsable de áreas tan sensibles como Vía Pública, Limpieza y Gestión de Residuos; Servicios Municipales y Mantenimiento. Sólo Barnusell y ella saben si podrá simultanear las dos responsabilidades: la concejalía municipal y su puesto de Diputada en el Congreso.

Si hasta el momento la alcaldesa Barnusell manejaba una coctelera realmente difícil, lo que va a complicarle todo es mirarse ante el espejo y decidir si aprovecha, o no, los movimientos que debe hacer para quitarle la responsabilidad de Cultura al regidor Martí Pujadas y dársela a otro de sus compañeros de gobierno municipal, tras el desaguisado montado con las clases de “guerrilla urbana” Blaucops de la colla dels Blaus, las más que probables denuncias de los mossos d’Esquadra y la fiscalía por “delito de odio” y los líos y diferencias de prisma y opinión con las collas dels Blancs i els Blaus en cómo gestionar esta Festa Major. Eso sin hablar del desmantelamiento de Radio Granollers y otras facetas de su gestión como regidor.  

Algunos oportunistas han solicitado públicamente (PP) la cabeza/dimisión de Alba Barnusell, aunque luego le han pedido perdón y le han dicho a escondidas aquello de “yo no quería, pero estos de la central me han obligado…”. Otros han pedido la de Martí Pujadas. Y algunos pocos la de los dos. En realidad, entiendo que la alcaldesa no puede estar en todo y para eso tiene a sus “directores generales” políticos (llamados concejales), por ello entiendo que son los concejales los que deben apartarse si no son capaces de gestionar momentos y evitar problemas.

En cualquier caso, poco tiempo le queda a Alba Barnusell para tomar todas esas decisiones y ver si dirige el Ayuntamiento y el gobierno socialista de la ciudad con mano firme o deja pasar el momento sin dar la solución a las carencias de gestión por miedo a una crisis interna. En pocos días saldremos de dudas.