Las grandes dudas que nos invaden ante el uso cotidiano de la Inteligencia Artificial

¿La IA nos ayuda o nos resta iniciativa y libertad?

Realmente, nadie se ha preguntado si ¿los avances en digitalización pueden recortar nuestra libertad y poder de creación y elección? Lamentablemente los únicos que parecen habérselo preguntado precisamente son los que la estudian, la promueven y los que con ella se lucran.

¿Por qué, si no, los magnates de la digitalización y los gurús de la IA prohíben a su prole el uso de móviles y demás aparatos con conexión a internet hasta una edad bien avanzada?

No pretendo ser alarmista ni ir contracorriente, pero hay cosas que empiezan a clamar al cielo y miles de voces que empiezan a dejarse oír para denunciar esta inundación de tecnología.

Todos coincidimos en afirmar que vivimos en una sociedad consumista y el consumo del mundo digital no es una excepción.  Los que crean, diseñan y promueven los avances digitales nos intentan convencer de sus beneficios y nos crean una necesidad (que no existía ayer) para su uso y consumo. Bajo la consigna de que "la digitalización nos facilita la vida” acabamos consumiendo cada día que pasa más apps, más programas, más IA y eso tarde o temprano acabará con la creatividad, con el diseño, con el arte, con el esfuerzo, con el pensamiento...y acabará esclavizándonos al uso de esa tecnología.

Reflexionemos algunos puntos:

¿Quién es el beneficiario máximo y casi único del uso de la tecnología digital? La respuesta es clara: los multimillonarios que la crean y diseñan.

Los pequeños inventores y creadores independientes (si los hay) rápidamente son absorbidos por las grandes empresas que no pueden permitir la competencia. Y los usuarios tan solo obtienen recompensas inmediatas basadas en la comodidad. "Pan para hoy y hambre para mañana".

¿Qué beneficio sacan? Además de la venta de sus productos ya sean hardware o software (acompañados siempre de los beneficios que les producen los anunciantes) el control de nuestros datos. El temido BIG DATA existe y es muy poderoso.

Con los millones y millones de datos recogidos se crean algoritmos y estos algoritmos son los que se pueden usar para condicionar a la gente de manera que pierdan su libertad y capacidad de elegir.

¿A nadie le asombra que los buscadores de internet te redirijan en una determinada dirección, que nos sugieran películas de "nuestro gusto" según los operadores de televisión de pago, o que siempre nos aparezcan anuncios de algo que alguna vez buscamos en internet?

Eso es debido a los algoritmos. Sus creadores analizan datos y a base de órdenes y los buscadores te orientan en tu búsqueda según SUS intereses, no vayáis a creer que es para los tuyos. De nuevo recortan tu capacidad de elección y como comodones que somos, encima agradecemos su trabajo. Generalmente la gente no analiza ni pone en cuestión lo que ve, lee o escucha y acoge las "verdades" que les susurran las páginas web a las que nos dirigen.

¿A ningún diseñador, artista o creador de contenidos no le duele ver como cualquier persona pueda utilizar la IA en su ordenador particular y diseñar un logo, crear un poema o canción o incluso escribir una novela, en un minuto y sin esfuerzo? ¿Cómo lo ha ce la IA? Pues con los datos recogidos en el BIG DATA, la IA roba la propiedad intelectual de miles de creadores y artistas que con su esfuerzo realizaron sus creaciones anteriormente. Entonces... ¿qué quedará de la creación y el esfuerzo?

Ahora pensemos en las consecuencias de su uso a tempranas edades

Todo el mundo puede ver como en la actualidad los padres distraen a sus hijos en restaurantes, en salas de espera, en cualquier lugar, poniéndoles delante una pantalla con dibujos animados.

Ante esto ya se han alzado muchas voces de pediatras, oftalmólogos y neurólogos alertando de los grandes males que puede acarrear a los niños esta práctica. Sin duda la exposición a pantallas a tan tierna edad provoca en los cerebros y la vista de los infantes graves trastornos. Pero aun no se ha extendido la alarma y los padres prefieren entretenerlos con pantallas antes de esforzarse en jugar con ellos o de esforzarse en llevarles juguetes más adecuados. Y no hablemos ya de la adicción que producen las pantallas. ¿Han probado a quitarle el móvil a un adolescente enganchado a su uso? Es como quitarle su comida a un tigre con hambre.

Ya existen intentos de uso de la IA y de los algoritmos para evaluar en educación, para asignar o no becas o subvenciones, para conceder o no una hipoteca...y no sigo...

Todos perderemos excepto los multimillonarios dueños de las compañías tecnológicas cuya cotización supera en demasía el presupuesto anual de muchísimos países del mundo.

Mientras tanto, nuestros hijos, hiper ansiosos y continuamente pendientes del móvil, se perderán el alimento que supone para el alma una charla calmada con alguien en persona, un paseo por el bosque, o la dificultad y esfuerzo que supone crear algo bello como un poema, una canción, un dibujo...o simplemente la plenitud de recibir o dar un abrazo.

El exceso de tecnología y la hiper digitalización nos promete una vida mejor, para imponerse. Sin duda la vida será más cómoda pero también menos humana y menos libre.

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