Las empresas chinas, otrora beneficiarias de un mercado interno pujante, encuentran cada vez más difícil vender sus productos a los consumidores nacionales. Esta realidad ha provocado un cambio de estrategia que está reconfigurando el comercio internacional y generando tensiones geopolíticas. A diferencia de la narrativa común que sitúa a Estados Unidos como el principal adversario económico global, un análisis más profundo revela que es China quien representa el verdadero desafío para la estabilidad del sistema comercial mundial.
Dificultades en el Mercado Nacional Chino:
Crisis Económica y Disminución del Consumo Interno
La economía china atraviesa una crisis de confianza sin precedentes. Los consumidores chinos, preocupados por la inestabilidad económica, han adoptado una postura conservadora, incrementando sus tasas de ahorro y reduciendo drásticamente el consumo. Las estadísticas más recientes muestran que el consumo minorista ha crecido significativamente por debajo de las expectativas, con un aumento anual de apenas el 2.7% en 2023, muy lejos del 8% que caracterizaba la economía china pre-pandemia.
Esta retracción del consumo interno no es meramente coyuntural, sino que responde a factores estructurales. La población china envejece rápidamente, con una tasa de natalidad en mínimos históricos, lo que genera preocupaciones sobre el futuro sistema de pensiones y provoca que más familias opten por ahorrar en lugar de consumir.
El Colapso del Sector Inmobiliario
El derrumbe del sector inmobiliario chino, que llegó a representar casi el 30% del PIB del país, ha sido catastrófico para la economía nacional. Gigantes como Evergrande, Country Garden y docenas de otras desarrolladoras han entrado en default, dejando millones de viviendas sin terminar y consumidores que habían pagado por adelantado sus propiedades sin recibir el producto final.
Este colapso ha erosionado la riqueza de la clase media china, cuyo patrimonio estaba mayoritariamente invertido en propiedades. Con la caída de los precios inmobiliarios, muchas familias se han visto súbitamente empobrecidas, lo que ha intensificado aún más la contracción del consumo.
Desempleo Juvenil y Pérdida de Confianza
Las cifras de desempleo juvenil en China alcanzaron niveles alarmantes, superando el 20% en 2023, lo que provocó que el gobierno dejara de publicar estos datos para evitar el malestar social. Millones de jóvenes graduados universitarios no encuentran trabajo acorde a sus cualificaciones, generando un clima de pesimismo generalizado.
Esta situación ha acuñado expresiones como "tumbarse planos" (tang ping) o "dejar de esforzarse" (bai lan) entre los jóvenes chinos, que reflejan una renuncia a las aspiraciones de consumo y crecimiento personal que caracterizaban a generaciones anteriores.

La Estrategia de "Inundación de Exportaciones":
Sobreproducción como Respuesta a la Crisis
Ante la imposibilidad de vender en su mercado interno, las empresas chinas, muchas respaldadas por subsidios estatales, han optado por una estrategia agresiva de exportaciones. Esta política, denominada por algunos analistas como "inundación de exportaciones", consiste en producir volúmenes muy superiores a la demanda interna y volcar ese excedente en los mercados internacionales, frecuentemente a precios por debajo del costo de producción.
Los datos confirman esta tendencia: mientras el consumo interno chino crece a tasas inferiores al 3%, la capacidad productiva continúa expandiéndose a un ritmo cercano al 7% anual. Esta discrepancia genera un excedente que inevitablemente se dirige a los mercados internacionales.
Sectores Estratégicos Afectados
Esta estrategia se concentra particularmente en sectores considerados estratégicos por el gobierno chino, como:
- Vehículos eléctricos: China ha quintuplicado su capacidad de producción en los últimos cinco años, superando ampliamente su demanda interna. Empresas como BYD, NIO y SAIC están inundando los mercados europeos con vehículos a precios que ningún fabricante occidental puede igualar.
- Energías renovables: El 80% de los paneles solares producidos globalmente provienen de China, con una capacidad productiva que excede la demanda mundial total.
- Semiconductores: A pesar de las restricciones occidentales, China está aumentando agresivamente su producción en los segmentos no restringidos, generando excedentes que exporta a precios reducidos.
- Productos manufacturados: Desde acero hasta textiles, China mantiene capacidades productivas excesivas que presionan a la baja los precios internacionales.
Impacto en el Sistema Comercial Internacional:
Desequilibrios Comerciales y Reacciones Proteccionistas
La estrategia china está generando desequilibrios comerciales sin precedentes. La Unión Europea ha visto cómo su déficit comercial con China se ha duplicado en apenas tres años, alcanzando cifras récord de 396.000 millones de euros en 2023. Estados Unidos, a pesar de sus aranceles, mantiene un déficit que supera los 400.000 millones de dólares anuales.
Estos desequilibrios están provocando reacciones proteccionistas globales. La UE ha iniciado investigaciones anti-dumping contra los vehículos eléctricos chinos y ha impuesto aranceles de hasta el 35%. Estados Unidos mantiene restricciones comerciales significativas, y hasta socios tradicionalmente cercanos a China, como Brasil o Indonesia, están implementando barreras para proteger sus industrias locales.
Competencia Desleal y Destrucción de Industrias
A diferencia de Estados Unidos, que compite mayoritariamente siguiendo reglas de mercado, China ha perfeccionado un sistema híbrido donde las empresas aparentemente privadas reciben subsidios masivos, financiamiento preferencial, acceso privilegiado a materias primas y exenciones regulatorias.
Este sistema permite a las empresas chinas operar indefinidamente con pérdidas mientras eliminan a competidores internacionales. Un ejemplo paradigmático es la industria solar europea, que prácticamente desapareció en una década debido a la competencia china subsidiada, dejando a Europa dependiente de importaciones chinas para su transición energética.
Captura de Cadenas de Valor Completas
La estrategia china va más allá de simplemente exportar productos baratos. El objetivo es capturar cadenas de valor completas, desde las materias primas hasta los productos finales, creando dependencias críticas. En el sector de baterías para vehículos eléctricos, por ejemplo, China controla el 80% del procesamiento global de litio, el 77% de las celdas de batería y más del 60% de los componentes críticos.
Esta concentración de poder económico representa un riesgo mayor que cualquier desequilibrio comercial con Estados Unidos, ya que afecta la seguridad económica y la autonomía estratégica de múltiples naciones.

El Papel de España y Europa:
Vulnerabilidad y Dependencia
España se encuentra particularmente expuesta ante esta estrategia china. Con un déficit comercial que alcanzó los 34.000 millones de euros en 2023, España importa de China cinco veces más de lo que exporta. Sectores tradicionales españoles como el calzado, textil, cerámica y acero han sufrido contracciones significativas debido a la competencia china.
La situación se complica por la dependencia española en tecnologías verdes, donde China controla componentes esenciales para la transición energética española. Más del 80% de los paneles solares instalados en España son importados de China, creando una vulnerabilidad estratégica.
Respuestas y Alternativas
Europa y España están comenzando a implementar respuestas coordinadas:
- Diversificación de proveedores: Programas como el "Global Gateway" europeo buscan desarrollar cadenas de suministro alternativas en África, América Latina y el Sudeste Asiático.
- Reindustrialización estratégica: España ha lanzado iniciativas como el PERTE VEC (Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica del Vehículo Eléctrico y Conectado) para recuperar capacidades productivas.
- Reciprocidad comercial: La UE está implementando el Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono y otras herramientas para garantizar condiciones equitativas.
Conclusión:
El verdadero desafío para el sistema comercial global no proviene de Estados Unidos, que opera mayoritariamente dentro de las reglas establecidas del comercio internacional, sino de China, cuyo modelo económico genera desequilibrios estructurales insostenibles.
La incapacidad de las empresas chinas para vender en su propio mercado nacional, combinada con la estrategia estatal de mantener la producción a toda costa, está creando distorsiones globales que amenazan industrias enteras y la estabilidad económica de múltiples regiones.
España y Europa se encuentran en una encrucijada que requiere decisiones estratégicas. La colaboración con China es necesaria en múltiples ámbitos, pero debe estar condicionada a una mayor reciprocidad y respeto por las reglas del comercio internacional. De lo contrario, sectores enteros de la economía española podrían verse permanentemente comprometidos por una competencia que no responde a lógicas de mercado.
El desafío de las próximas décadas no será gestionar la influencia estadounidense en el comercio global, sino encontrar un equilibrio sostenible con una China que, ante sus problemas internos, ha optado por exportar sus desequilibrios al resto del mundo.