La Casa Orsola, un precioso edificio modernista en pleno Ensanche barcelonés, fue comprado por una sociedad de inversión llamada Lionees Inversiones en el 2021 y estaba en proceso de renovación de los contratos de alquiler o actualización a los precios de mercado actuales de sus inquilinos. Evidentemente y salvo algunos casos muy especiales, los vecinos que aún quedan en este edificio del centro de Barcelona no son de los que encajarían como “necesitados” pues son personas normales, con sus sueldos, sus trabajos, con ingresos fijos suficientes que les ha dado para vivir en el centro de Barcelona durante años.
Ante este derecho de la propiedad ha venido la reacción de algunos vecinos y de los grupos antidesahucios y antialquileres y no sé anticuantascosasmás. Entre todos han conseguido que Collboni se asustara y se posicionara dando el visto bueno para la compra parcial de ese edificio a su actual propiedad por 9,2 millones de euros. Más de tres millones más caros que lo que le costó a la sociedad inversora hace solo 4 años. Todo un negocio para los inversores, evidentemente. El 49% (4,5 millones) serán de titularidad municipal mientras que el 51% restante y, teóricamente mayoritario, los gestionará una conocida Fundación denominada Habitat 3 que, no se olviden, vive de las subvenciones y aportaciones de administraciones y terceros.
De hecho, la Fundación Hábitat3 es una gestora de vivienda social impulsada que trabaja con las entidades sociales y las administraciones públicas para garantizar el derecho a una vivienda digna a las personas en situación de vulnerabilidad, como ellos mismos indican en su web pública. Incluso remarcan en su página web, como reclamo para captación de pisos en alquiler a los propietarios, “Te lo alquilamos con todas las garantías”. A lo mejor deberían cambiar esa frase de su publicidad indicando… “primero hacemos que Collboni compre y, luego, nosotros lo alquilamos”.
Collbini ha explicado que el consistorio ha adquirido la propiedad de 17 unidades, también los cuatro locales comerciales, mientras que el resto serán propiedad de Hàbitat3, que gestionará la "parte mayoritaria de la finca". En Casa Orsola existen 7 viviendas con alquiler indefinido, 7 de temporada, 5 con contrato de alquiler vigente, 5 en proceso de demanda o procedimiento judicial y 2 vacíos por lo que, tras la compra, el Ayuntamiento podrá poner un total de 9 pisos en el parque público de vivienda: los dos vacíos y los siete de alquiler de temporada.
El interrogante que se genera ahora, ante la actitud intrusiva de Jaume Collboni como alcalde de Barcelona, en este tema que habían movido muy bien los grupos en pro de alquileres justos, antidesahucios y demás, consiguiendo eco social y mediático, es la obligación que tendrá Collboni, en adelante, de zanjar todas las polémicas de este tipo poniendo dinero el Ayuntamiento. Dinero que, por supuesto, no es suyo si no de los barceloneses. Parece que se ha abierto la veda a que las entidades públicas adquieran edificios para subarrendar la gestión y el cobro en presunto beneficio social, que no es otra cosa más que el sueño dorado de Ada Colau.
¿No se habrá excedido el alcalde socialista de Barcelona abriendo la caja de pandora y un nuevo sistema de presión para el que no va a estar preparado a atender ni él ni ninguna administración local o nacional? Sólo el tiempo tiene la respuesta y, parece, que buena no va a ser. Pero lo que hoy es obvio es que Collboni se ha tirado a una piscina sin agua y sin flotador.