En 1934 publicó ¿Qué es el nacionalismo vasco?, un ensayo sobre las causas del mismo a raíz de la defensa de un nacionalista del PNV en un juicio en Bilbao. Como curiosidad hay que explicar que este libro lo editó y pagó ERC, porque les gustó la defensa que hizo Antonio Bruyel. Los mismos que después lo perseguirían admiraron, en un momento determinad, su profesionalidad como magistrado. Además publicó poesías.
Antonio Bruyel era magistrado de la Audiencia de Barcelona, juez de instrucción número 7, juez de vagos y maleantes y vicepresidente en funciones del presidente de un jurado mixto. Había nacido en Haro (Logroño) en 1884. Estaba casado y tenía seis hijos. Antes de estallar la guerra civil y a pesar de su condición de magistrado, decidió llevarse a toda la familia a Burgos. Allí estarían a salvo de morir. Él se quedó en Barcelona. Su gran delito, como hemos dicho, fue no querer seguir el juego a los que estaban sembrando el terror.
Esto no fue la única muerte de la familia Bruyel. Su hijo Augusto Bruyel Gutiérrez, de 19 años, fue asesinado en Madrid. Había profesado en la congregación de los Sagrados Corazones y estaba estudiando filosofía en El Escorial cuando estalló la guerra civil. Se desconoce la fecha y el lugar donde fue asesinado.
Antonio Bruyel fue asesinado el 23 de octubre de 1936. La familia desconoce el lugar de la ejecución. Posiblemente fue en Montcada i Reixach o en cualquier otro cementerio o carretera de Barcelona. Es uno de los desaparecidos de la guerra civil. A su bisnieto, Ignacio Bruyel, le encantaría encontrar los restos de su bisabuelo y depositarlos en San Sebastián como era su deseo. Con este gesto quiere honrar la memoria de una persona que, al decir basta a la barbarie roja, pagó esa valentía con su vida.
Antes de estallar la guerra civil vivía en la calle Méndez Núñez 14, pral. 2º de Barcelona. El 20 de junio de 1939 el procurador Manuel Satorras Capell escribía lo siguiente:
“Que por sus ideas y conducta podían considerarse afectas o simpatizantes al Alzamiento Nacional, alcanzó seguidamente al Juez Don Antonio Bruyel Martínez, el cual por su intervención en la tramitación de las causas contra elementos anarquistas, adoptando en ellas contra los culpables las enérgicas medidas procesales que según su recta conciencia de acuerdo con la ley, debían aplicarse y el haberse distinguido siempre como católico practicante y fervoroso, le señalaron desde el 17 de julio de 1936 como una de las personas escogidas en que cobrarse la criminalidad, haciéndole objeto de tenaz persecución, la cual logró soslayar al principio, no obstante el total desamparo de los que blasonaban de hallarse revestidos de autoridad legítima”.
El 10 de mayo de 1947 Carmelo María Bruyel Gutiérrez, de 26 años, abogado, declaró como testigo ante el juez de la Causa General sobre su padre lo siguiente:
“Que su padre d, Antonio Bruyel Martínez, Magistrado de la Audiencia de Barcelona, con domicilio en la calle Méndez Nuñez 14 de Barcelona, una vez iniciado el Alzamiento Nacional y en vista de las continuas amenazas que sobre él pasaban dejó de acudir a la Audiencia Refugiándose en el piso de Dª Isabel Conde que en aquel entonces lo tenía en la calle Consejo de Ciento núm. 317.
Los días 20 y 21 de Octubre de 1936, se practicó un registro en el domicilio antes citado de su padre, ordenado por la Jefatura de Policía llevándose los individuos que lo practicaron las llaves del piso manifestando al portero que fuese a recogerlas a la Jefatura. El día 23 del mismo mes por la mañana, se presentó el mencionado Sr. Bruyel en el piso comunicándole el portero la orden que le habían dado los que fueron a verificar el registro marchando inmediatamente a la Jefatura desde donde fue conducido a la Delegación de Policía que existía en la calle Claris chanflán a Cortes, donde prestaba servicio un tal Lledol que conocía a su padre. El abogado Joaquín Cantó, con domicilio en Ausias March 19 y el magistrado de la Audiencia también de Barcelona, D, José Landeta Villamil, a requerimiento de la citada Sra. Isabel Conde, el día 24 del mes de octubre, y ante la ausencia durante la noche del 23 del Sr. Bruyel, iniciaron gestiones para averiguar su paradero, habiéndoles informado el Sr. Andreu, que ejercía las funciones de Presidente de la Audiencia y el Secretario de la misma Sr. Juandó, que según referencia oficial de la Jefatura de Orden Público, el Sr. Bruyel había sido hallado asesinado junto con otras personas en la Carretera de Valencia. Al intentar los mencionados Sres. Landeta y Cantó obtener más detalles acerca de las circunstancias que concurrieron en la muerte del Sr. Bruyel, el Ser. Lledol les contestó “que no pretendieran averiguar más, que ya sabían bastante y que les aconsejaba que no hiciesen otras gestiones porque redundarían en perjuicio de ellos mismos”.
El Sr. Cantó reside actualmente en Barcelona y domicilio antes señalado y la Sra. Isabel Conde, en Paseo San Juan núm. 230 de igual capital y el Sr. Landeta en la calle José Antonio Primo de Rivera 647 también de Barcelona”.
Antonio Bruyel había sido cesado de su cargo, por orden del Departamento de Trabajo de la Generalitat e Cataluña, el 15 de agosto de 1936. El motivo de este cese fue la negativa de firmar 100 sentencias de muerte contra agricultores que se negaban a colectivizar sus tierras. El anarquista que quería las firmara le dijo: “si no lo haces tú habrá otro que lo hará”. Estas palabras fueron su sentencia de muerte.
La última referencia que aparece sobre él fue publicada en el periódico La Vanguardia el 1 de noviembre de 1936. En una nota breve se anunciaba su desaparición. Aquel 23 de octubre de 1936 fueron asesinados en Barcelona:
Hausmann, Fernando 23/10/36 22 Desaparecido
Gil Basagoitia, Antonio 23/10/36 56 San Elías
Vidal Ribas Torres, Fernando 23/10/36 23 Castillo de Montjuïch
Borrell Carreras, Salvador 23/10/36 26 Montcada y Reixach
Casas Martorell, Jaime 23/10/36 54 Montcada y Reixach
Aguilar Banús, Juan B. 23/10/36 53 Barcelona
Bruyel Martínez, Antonio 23/10/36 52 Barcelona
Casamitjana Mandó, Isidro 23/10/36 50 Barcelona
Oromí Cartañá, Ramiro 23/10/36 Barcelona
Oromí Ganollers, Pedro 23/10/36 62 Barcelona
Debemos pensar, por lo que explica su hijo en la declaración como testigo, que todos los que pone “Barcelona” fueron fusilados en la carretera de Valencia.
Blanca Gutiérrez Herrero, esposa de Antonio Bruyel, y sus cinco hijos estaban en Salas de Bureba (Burgos) pasando el verano. El 28 de noviembre de 1937 pidió al Presidente de la Comisión de Hacienda de la Junta Técnica del Estado:
“Que al iniciarse el Glorioso Movimiento Nacional, su marido, que tenía a su cargo el Juzgado número 7 de Barcelona, siendo además Juez de Vagos y Maleantes y Vice-Presidente en funciones del Presidente de un Jurado Mixto, fue sorprendido en aquella población, pues teniendo la costumbre de venir a pasar el verano a Salas de Burebe, en esta provincia de Burgos, no puedo venir por no corresponderle la licencia hasta el mes de agosto.
Que no ha vuelto a tener desde entonces noticias directas de su marido, habiendo sabido por personas venidas de aquella región, que su esposo fue muy perseguido, siendo saqueada su casa por las hordas rojas, y detenido a mediados del mes de octubre de 1934, desde cuya fecha no ha vuelto a saberse nada de él a pesar de las continuas pesquisas practicadas por sus compañeros, teniéndose muy fundadamente que ha sido asesinado, lo mismo que Augusto Mª Bruyel y Gutiérrez, hijo de ambos, ya que no ha vuelto a tenerse la menor noticia sobre ellos desde hace más de un año.
Que expresa su inquebrantable adhesión al gloriosísimo Movimiento Nacional, y que acompaña los documentos justificativos de lo que asegura. Que se encuentra sin recursos económicos para sostenerse ella y sostener a sus numerosa familia, por todo lo cual.
Suplica a V.E. que teniendo por presentada esta instancia, se le conceda la pensión alimenticia del 25 por ciento del sueldo que disfrutaba su marido en su cargo de Magistrado”.
El sueldo de Antonio Bruyel era de 3.000 pesetas. En esta instancia pedía una pensión de 750 pesetas, que finalmente le fueron concedidas. La instancia iba acompañada de tres certificados firmados por Carlos Crespo y Fernández de Córdoba, Luis Solano Costa y Luis Lorenzo Peñalva. Todos ellos habían conocido a Antonio Bruyel y afirmaron que era una persona de orden, de una moralidad absoluta en todas las fases de su vida, enemigo del Frente Popular, de arraigadas creencias religiosas y excelente funcionario.
La familia continúa sin conocer el lugar donde está el cadáver de Antonio Bruyel Martínez. Es uno más de los cientos de los desaparecidos de la guerra civil. Posiblemente la familia nunca encontrará sus restos. Tal vez acabaron, como muchos, quemados en la cementera Asland o enterrados en una fosa común o quién sabe dónde. Lo que nunca olvidará la familia es la fortaleza moral y personal de este magistrado que se negó a seguirles el juego a los anarcosindicalistas y comunistas que sembraron el terror en la Barcelona de la guerra civil.