El voto

Cuando los políticos hablan el día de las elecciones refiriéndose al hecho de votar como "gran fiesta de la democracia" yo siempre me he preguntado por qué un papel introducido en una urna puede ser motivo de fiesta.

El Voto

Desde que en España se blindó constitucionalmente el sufragio universal para los mayores de dieciocho años pasamos a ser iguales, en apariencia, y por un día cada vez que el presidente de turno nos llama a consultas para constituir nuevas Cortes nacionales, europeas o autonómicas.

Y digo en apariencia porque se debe saber que no todos los votos valen lo mismo. ¿Lo sabían? Imagino que sí ya que es conocida la famosa Ley de Hondt y sus consecuencias.

Pongamos un ejemplo: En España para las votaciones generales a las Cortes elegimos a 350 Diputados en 52 circunscripciones (50 provincias y dos ciudades autónomas). Pues bien, de entrada, a cada provincia le corresponden 2 escaños excepto a Ceuta y Melilla que le corresponden sólo uno y esto da un total de 102 escaños asignados. El resto de escaños se reparten según la población. Así:

¿Pero cómo se reparten estos escaños según los votos que recibe cada partido?. Aquí es donde entra la ley de Hondt (polémica y compleja donde las haya). Dice esta ley:

  1. Todos los partidos que no consigan al menos el 3% de los votos de la circunscripción donde se presentan quedan fuera.Esto produce cuestionables realidades como la siguiente:
  2. Para calcular los escaños que gana cada partido (que supera el 3%) en una circunscripción, hay que dividir sus votos tantas veces como escaños le correspondan a esa circunscripción. Con los resultados de esas divisiones, ganaran escaños los partidos que sus cocientes sean mayores. Miren este ejemplo para una provincia ficticia con cuatro partidos y cinco escaños en juego. Los números en amarillo corresponden a los escaños conseguidos por ser los números mayores:
    vot 3

O sea, el partido A, dos escaños, el B dos escaños y el C uno. El D no consigue ninguna representación, aunque tenga 31.000 votos.

¿Lo ven? Ni por provincias ni por la Ley de Hondt su voto vale igual que el mío o que cualquier otro de España, porque este reparto beneficia a los partidos hegemónicos, a los partidos nacionalistas o independentistas que solo se presentan en pocas circunscripciones y a las provincias pequeñas que están hiper representadas. Y perjudica a los partidos pequeños que se presentan en todo el territorio nacional y a las provincias con mucha población en las que se necesitan muchos más votos para lograr el mismo escaño que otras provincias se consigue de forma más barata.

Y ahora hablemos de como solemos votar los españoles (como en la mayoría de países).

Nos gusta pensar que votamos racionalmente y valorando todas las opciones y programas y eso dicen los políticos que hacemos para alagarnos, pero la verdad es que votamos más por emociones que por razones y en ocasiones por "resentimiento social" y por miedo. Esto da alas a los populismos y a los autoritarismos como por ejemplo en EEUU donde votaron a Trump para frenar la inmigración y ahora no encuentran trabajadores para sus empresas o sus campos.

La democracia no siempre elige a los mejores. Y las mayorías no tienen por qué tener la razón en lo que disponen.  Recordemos que Hitler ganó las elecciones para hacerse con el poder.

En nuestro sistema electoral los partidos tienen todo el control. Los ciudadanos votamos (o no) listas cerradas y bloqueadas por ellos. No podemos escoger a los candidatos dentro de ellas. No podemos escoger a este sí y a este no.

Además pretendemos que con un solo papel (el voto) podamos intervenir en economía, educación, sanidad, defensa, igualdad, impuestos, relaciones exteriores....

El sistema electoral, por desgracia no es como ir a la compra donde yo elijo a quién le compro el pan, a quién la carne, a quién el pescado y donde compro todo lo demás.

Así que no me parece ni tan sencillo ni tanta fiesta. Es más, cada vez que hay elecciones para mí resulta un quebradero de cabeza escoger y en muchas ocasiones me decanto por escoger al menos malo. No debería ser así.

Hay otras fórmulas electorales posibles como las listas desbloqueadas y con posibilidad de reordenación de los candidatos. O votaciones referéndums por temáticas para que los ciudadanos pudieran dar la opinión sobre temas trascendentales en los que con el sistema actual, los partidos en el poder pactan y se lo guisan y se lo comen sin contar con sus votantes. ¿No hubiera estado bien por ejemplo votar sí o no a la ley de amnistía?

¿Y en la actualidad se está planteando dar el voto a los mayores de dieciséis años? ¿Con lo complicado que es?

En fin...todo esto me hace cada vez más crítico con todo. ¿Será la edad?

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