El evento, organizado por el Ayuntamiento de Barcelona, comenzó a las 10 de la mañana en el Pla de l'Os, justo en el punto donde terminó su trágico recorrido la furgoneta conducida por Younes Abouyaaqoub, y donde ahora se encuentra un memorial en recuerdo de las víctimas. Asistieron familiares de las víctimas, como la familia del niño australiano de seis años que perdió la vida en La Rambla, Alessandro Kadman. Su madre, gravemente herida en el ataque, se encontraba en el centro del grupo, sentada en una silla y llorando durante el tiempo que duró el acto.
También estuvieron presentes el alcalde de la capital catalana, Jaume Collboni, quien presidió el acto; el presidente del Parlament, Josep Rull; la consellera de Interior, Núria Parlon; el conseller de Justícia, Ramon Espadaler; el delegado del Gobierno en Catalunya, Carlos Prieto; así como la alcaldesa de Ripoll, Sílvia Orriols, de donde procedían los terroristas, y la presidenta de Junts, Laura Borràs, entre otros líderes políticos. La ausencia del nuevo presidente de la Generalitat, Salvador Illa, fue notable, ya que no asistió debido a que se encontraba en una isla canaria junto al presidente Pedro Sánchez, ambos de vacaciones.
Durante el acto, se realizó una ofrenda floral, primero por parte de las víctimas y sus familiares, y luego por los representantes institucionales. También participaron en la ofrenda representantes de los Mossos d'Esquadra, los servicios de emergencias, sanitarios, y miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, así como personas que contribuyeron en los momentos posteriores al atentado. Todos portaban claveles blancos que se colocaron en tres jardineras situadas en el lugar del atentado como homenaje. No hubo discursos, para dar todo el protagonismo a las víctimas.