ALEJANDRO VIAÑA
Alejandro Viaña, fue, en su día una persona muy apreciada. En una votación popular fue designado el hombre más simpático de la ciudad. En realidad los granollerenses le votamos porque era una persona muy estimada. Nacido en Torrelavega, llegó a Granollers como profesor de educación física y jugador del Balonmano Granollers. Su impronta fue más allá del deporte, porque su misión siempre estuvo ligada a la juventud. El y Francisco Roselló han sido los maestros que mejor huella me dejaron en mis años estudiantiles.
Una actividad que me gustaría resaltar en su vivencias, y que, por si sola, ya nos exigiría el máximo reconocimiento de todos los vallesano-orientales, fueron los Juegos Escolares de los años 70. Gracias al apoyo y voluntad del alcalde Llobet, y a la dirección de un hombre con gran talento y capacidad, Jaume Bellavista Icart, desde la entonces Delegación de la Juventud y el Patronato Municipal de Deportes, se organizaron unos espectaculares juegos escolares, que abarcaban casi todos los deportes y en los que participamos casi todos los niños y jóvenes de la época. Viaña estaba ahí y era ejemplo y enganche.
Recuerdo que como crecieron tanto, empezaron a faltar instalaciones deportivas. Ni cortos ni perezosos Bellavista y Viaña cortaron la calle que va desde el pabellón viejo hasta las piscinas, creando campos de balonmano y baloncesto. Aquello acabó con la construcción del pabellón que llamamos “el tubo”. Y sobre todo consiguieron que Granollers se convirtiera en una ciudad muy prestigiosa y que sus ciudadanos tuvieran acceso al deporte popular y también al deporte de élite. En esos juegos escolares podíamos ver, por ejemplo, como el entrenador del primer equipo del BM Granollers, Joaquín Castro "Quini", lo era también del alevín del colegio Vallés, como en un partido escolar arbitraba Miquel Roca o Alejandro Viaña, o como se llenaba el pabellón para ver un encuentro de balonmano entre la Escuela Pía y el Colegio Pereantón.
Me atrevo a sugerir que la calle más adecuada, en mi opinión, sería precisamente la que se inicia en el pabellón viejo y acaba en la piscina.
JIM
Joan Illa Morell (JIM para el común de los mortales) no tenía nada que ver con el deporte, pero dinamizó Granollers. ¡Y de que manera! También contó con el apoyo y la voluntad de Llobet, considerado justamente por Josep Pla como un alcalde liberal por su talante abierto en aquella época. Desde el C.I.T. (Centro de Iniciativas y Turismo) municipal creó una auténtica revolución que atrajo a muchísima juventud ávida de libertad. En 1971 (nótese el año) organizó un festival de música progresiva en el campo de fútbol de Palou, que llenó páginas de los periódicos nacionales y que fue muy criticado por los más conservadores del régimen. En el 74 trajo a Dalí a Granollers para elaborar un happening en la Porxada donde disfrutamos,¡y de qué manera! niños y jóvenes. Un hecho que aún hot sigue remarcándose en el currículm del genial Salvador Dalí y que pueden ver a través de videos colgados en internet. De su mano también vino Cela a Granollers, llenando el cine Majestic, ante la incredulidad del escritor, sorprendido por la vitalidad de nuestra ciudad. También fue capaz de atraer a otros grandes artistas y escritores como Alcaraz, Racionero, Bartolozzi, Arranz Bravo…. Algunos también recordarán lo que hoy se llamaría “comic” creado por él “Siete monos en la luna”.
Me contó un buen amigo, que por entonces había llegado a Granollers para trabajar, y que se había encontrado con tantas actividades musicales, de cine, artísticas… gracias al genio de JIM, que preguntar por la movida madrileña era absurdo ¡en Granollers ya se había inventado!
También me atrevo a lanzar la sugerencia de que su nombre estuviera asociado a alguna de las calles urbanizables de Palou.
Viaña y JIM, dos granollerenses que hicieron mucho por nuestra felicidad y por Granollers. Por motivos que prefiero no comentar en este artículo no han gozado de la predilección de nuestros ediles de las últimas décadas. ¡Por mi parte levanto mi copa y brindo por ellos!