El encuentro urgente se ha producido tras tres votaciones en el Congreso contrarias a los intereses del PSOE: la desestimación de la senda de estabilidad (techo de gasto y objetivos de déficit) como primer paso para la elaboración de los presupuestos generales del Estado, la tramitación de la regulación de los alquileres de temporada y el reconocimiento del Congreso al opositor Edmundo González como presidente de Venezuela. Es decir, en tres ocasiones y en temas “semi importantes”, Junts ha votado en contra de Pedro Sánchez y a favor de PP y Vox.
Sea como sea, Santos Cerdán ha intentado concienciar a los posconvergentes de la importancia de votar “alineados” los presupuestos generales del Estado para el próximo año. Sin embargo, no parece que la receptividad de Puigdemont y Turull sea demasiado alta. Es más, esta misma semana hemos podido leer un tuit del expresidente Puigdemont subrayando claramente al PSOE que no va a haber sorpresas pues “en lo que antes votamos no, volveremos a votar no”, indicando claramente que no quieren ser plato de segunda mesa y que todo debe ser negociado con Junts antes que con cualquier otro.
Mientras tanto, los nervios en filas del Gobierno socialista se acrecientan, pues afrontan un futuro pleno de contrariedades si no recuperan a Junts como “aliado preferente”. Ya no es solo que el Presupuesto, como ha ocurrido el presente año, no se apruebe si no que las inversiones pactadas no podrán cubrirse y que no pueden fiarse de presentar cualquier Ley en el Congreso, pues pueden perderla. Está claro que Santos, y el PSOE, buscan un milagro.