El Consejo de Ministros aprobó este martes el Real Decreto para la expedición del nuevo DNI que se podrá llevar en el móvil, en una aplicación. Registrarse será indispensable para que el documento de identidad en formato digital tenga la misma validez que el de formato físico. Este DNI digital permitirá identificarse en todo el territorio nacional si no se lleva consigo el formato físico, aunque por el momento no servirá ni para viajar ni tampoco para hacer trámites administrativos.
Esta innovación, en principio, no debe inspirar desconfianza ya que es un uso más de las nuevas tecnologías que, en teoría vienen para hacernos la vida más fácil. Pero como yo me he propuesto cuestionármelo todo, me permitirán que reflexione, quizás en voz alta o, mejor dicho, en negro sobre blanco, sobre ello.
Me viene al pelo otro ejemplo similar que es el uso que hacemos de las tarjetas de débito o crédito (en definitiva, bancarias) para pagar nuestros artículos de consumo del día a día. Resulta que un día entré en una pastelería de un pueblo de la comarca y al comprar unos dulces quise pagar con tarjeta. La dependienta me miró con disgusto y me dijo: "no cobramos con tarjeta, aquí sólo en metálico". " ¡Qué atraso!" pensé yo. La buena mujer creo que me leyó el pensamiento y se justificó: " Si todo el mundo paga con tarjeta, el dinero desaparecerá y estaremos en manos de los bancos. ¿Quién te dice a ti que no te cobraran cuando no haya metálico por cada uso que hagas de la tarjeta como ya hacen con los establecimientos?".
Este razonamiento me dejó estupefacto. Razón no le faltaba a su razonamiento, aunque quizás fuera un poco alarmista en su afirmación (o no). Pero pensando en ello me di cuenta que el metálico te da la libertad y el anonimato de comprar donde quieras, lo que quieras sin que nadie se entere. Por el contrario, pagando con la tarjeta, el banco lo sabe y por ende...quien quiera saberlo y pague por ello (BIG DATA).
Pues siguiendo el razonamiento veo rasgos similares con el DNI en el móvil. Cada vez que uses la aplicación para mostrarlo (por ejemplo, en un hotel, o yo que sé dónde) resultará que el registro quedará en una nube electrónica...que quién sabe dónde y cómo se controlará. Podrán saber de ti lo que quieran: dónde estás, que has comprado, con quien estás... y todo en aras de la comodidad y de la seguridad.
En esta última palabra me voy a entretener pues, con la excusa de la seguridad, ya de todos es sabido, que por normativa gubernamental nos pedirán en el hotel al que iremos de vacaciones toda una ristra de datos increíbles e inusuales hasta hace poco.
Si todo lo que expongo no es un Gran Hermano del Gobierno...