La relevancia de este hallazgo, permitirá ampliar el conocimiento de este periodo en una zona excepcional, al pie de la montaña de Montjuic, cerca del mar y la laguna del Cagalell. Este espacio fue muy fértil en recursos naturales: tanto marítimos, como la recolección de conchas en época del Bronce Inicial, o en época neolítica, o en el trabajo del jaspe procedente de Montjuic.
El pequeño yacimiento de unos 15 m², ha permitido documentar hasta seis niveles, cinco de época del Bronce Inicial, y un sexto, posiblemente, neolítico. Se han recuperado más de 700 restos arqueológicos, entre cerámicas, conchas (malacología), y jaspe procedente de Montjuic. Uno de estos niveles del bronce inicial estaría asociado a un nivel de hábitat, gracias al hallazgo de una estructura de combustión o chimenea.
Merced a los meticulosos trabajos arqueológicos, se ha podido confirmar que todos estos niveles estarían asociados a diferentes tipos de actividad económica dependiente del momento. Un nivel del bronce inicial estaría asociado a la recolección de conchas procedentes de la próxima línea de costa, gracias al hallazgo de muchísimos restos de estos moluscos, que posiblemente eran consumidos en este mismo lugar. Una vez consumidas estas conchas eran trabajadas para ser utuilizadas, seguramente, como elementos personales decorativos.
En cambio, en un periodo más antiguo, en el nivel neolítico documentado, se ha constatado que los habitantes de este lugar focalizaban sus esfuerzos en el trabajo del jaspe extraído de la próxima montaña de Montjuic, donde trabajaban esta piedra para fabricar herramientas.
Todavía se están realizando analíticas y estudios que permitirán ampliar el conocimiento paleoambiental de este lugar, así como para acabar concretando y definiendo mejor la información extraída durante los trabajos de campo. En estos trabajos interdisciplinarios, además del equipo arqueológico que llevó a cabo la excavación, también colaboran equipos de la Universitat de Barcelona y de la Universitat Autònoma de Barcelona.
El hallazgo de este importante yacimiento arqueológico se hizo en el marco de la reurbanización de los Jardines de las Hortes de Sant Bertran. Este espacio del barrio del Pueblo Seco se convertirá en un parque urbano de cerca 6 000 m², unos trabajos previstos hasta finales del 2024.
Mientras el equipo de arqueología ha estado trabajando en los restos prehistóricos, la obra ha continuado en el resto de sectores sin afectación. Los equipos de arqueología han continuado los controles puntuales de algunos rebajes más, sin encontrar ningún resto arqueológico significativo. La obra continuará durante los meses próximos, manteniendo el control arqueológico allá donde sea necesario. Hay que señalar que en toda obra, ya desde la fase de anteproyecto, el trabajo arqueológico es un elemento más de la planificación.
