Y en ese escenario del “a por ellos sin tregua ni descanso” el Granollers suele nadar maravillosamente gracias a la juventud de sus jugadores, sus piernas y pulmones y su efectividad en la transición, el contrataque o el contragol que tan de moda está ahora y que hace que un pívot como Victor Romero sea una de las máximas figuras goleadoras de su equipo y no, precisamente, en posición estática si no gracias al rápido saque de centro tras gol encajado o al propio contraataque.
Sin embargo, no todo es alegría en cada del pobre. Anoche el Granollers encontró la horma a su zapato y tuvo delante a un Kriens suizo que utilizó esas mismas armas para, en otro final apretadísimo, llevarse los dos puntos y la victoria por 43-42.
Esos 85 goles son el máximo guarismo alcanzado nunca por la European League en una avanzada fase como está Main Round. Y lo que hace es certificar que el bàsquetmano existe. Ese deporte híbrido recién nacido que mantiene marcador de partido de categorías inferiores de baloncesto pero que se juega como el balonmano y con las reglas del balonmano. ¡Bienvenidos al show, bienvenidos al espectáculo!
Sin embargo y si hablamos de consecuencias del resultado de ayer (no pienso hacer la crónica del partido minuto a minuto porque sólo explicaría que no existieron defensas ni porteros catalanes ni defensa suiza, que portero sí lo tuvieron los suizos y muy bueno) sólo hay una: o el BM Granollers gana 3 de los 4 posteriores puntos en juego, y que 2 de ellos sean ante el Kriens y por más de un gol de ventaja, el martes 25 de febrero a las 20,45 en el Palau d'esports, o el partido ante GOG en Dinamarca el siguiente martes 4 de marzo será el último en Europa de esta temporada 24-25 para los catalanes.
Un GOG que, por otro lado, ayer dio la sorpresa venciendo a un acomodado Montpellier y que casi ha asegurado su pase a la siguiente ronda, incluso perdiendo los cuatro puntos en juego, siempre y cuando el Montpellier gane al Kriens en la última jornada.
En cualquier caso, por Granollers circula entre los aficionados locales la versión de que hay que ganar como sea al Kriens el próximo martes pero que tampoco pasa nada si se pierde porque hemos competido como valientes en Europa a pesar de las limitaciones de la plantilla.
También comentan esos aficionados que “nuestra guerra” debe ceñirse en exclusiva a la liga española, donde el Granollers sigue teniendo opciones a ser segundo, siempre con permiso de Torrelavega, Bidasoa y compañía.
En cualquier caso, el sábado a las 5 de la tarde y en el Palau Olímpic partido de los grandes ante el Anaitasuna de Pamplona. Veremos entonces si seguimos con la versión bàsquetmano o la de presión defensiva para conseguir esos dos importantes puntos ante un equipo navarro que hizo sudar de verdad a los de Antonio Rama en el partido de la primera vuelta disputado en su cancha y que se resolvió con victoria vallesana por 28-29 y con el ay ay ay en el cuerpo.