Mientras tanto, la mayor parte de la comunidad política mundial rechaza la actitud del dictador venezolano que, tras el “pucherazo” electoral, se mantienen en sus trece de no moverse de la poltrona presidencial y solo hace que amenazar a los que él llama “fuerzas de ultraderecha” con la cárcel. Todo por haber perdido las elecciones y no aceptar el resultado, ni ser capaz de enseñar las actas que justificaran su presunta victoria.
El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, ha criticado las 'amenazas' de las fuerzas de seguridad venezolanas que han denunciado los opositores refugiados en la Embajada argentina en Caracas, ahora bajo responsabilidad de Brasil tras la retirada de embajadores. «Estas amenazas y acciones son completamente contrarias a Derecho y no son aceptables de ninguna forma por la comunidad internacional», ha advertido Almagro en un mensaje publicado en su cuenta en la red social X.
En cualquier caso, al gobierno español presidido por Pedro Sánchez no la ha quedado otra que, intentando lavar la mala imagen de su expresidente José Luis Rodríguez Zapatero que apoya abiertamente a Maduro, dar refugio al vencedor de las elecciones venezolanas quien debía ser el nuevo presidente de Venezuela, Edmundo González.