Conmoción al Vallès per la posible pérdida de la F1 en el 2.026

Terremoto en el Vallés Oriental: la F1 en peligro

El anuncio de que el Gran Premio de España de automovilismo del 2.026 se celebrará en la capital del estado ha originado un gran terremoto en la comarca del Vallès Oriental y, especialmente, en Montmeló, Montornés, Parets y Granollers, que son las localidades alrededor del Circuito que notan más su impacto.

F1 en el 2023
photo_camera F1 en el 2023

La presidenta de la Comunidad de Madrid y el alcalde de la ciudad, Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez Almeida respectivamente, aprovecharon en el día antes a la inauguración del Salón Fitur, la Feria de turismo más importante de Europa, para hacer la presentación del acto y dar todo tipo de detalles, acompañados por la misma Organización de la Formula 1, la Cámara de Comercio de Madrid y unos cuántos deportistas entre los que destacó Carlos Sainz, reciente ganador de su cuarto Dakar y padre del piloto de F1 del mismo nombre. Como anécdota y certificación de que la vida es una constante broma en el día siguiente pudimos visitar el stand del Circuito de Cataluña del mismo Ifema, ofreciendo el espectáculo de la F1 para el 2024.
 

Madrid tiene 500 millones de euros invertir


Uno de los puntos más importantes, en mi opinión, que explicaron los políticos de la capital es que Madrid ya cuenta con 500 millones en aportaciones de empresas particulares para cubrir los 10 años firmados, hasta el 2.035, para hacer frente al royalty y los gastos de acondicionamiento de un circuito urbano que no será permanente. De momento guardan el secreto de qué empresas patrocinarán el acontecimiento por qué, según el mismo alcalde madrileño, "no habrá ninguna aportación pública". Calculan que los ingresos serán de un mínimo de 450 millones de euros añales y que el acontecimiento producirá alrededor de 10.000 puestos de trabajo entre los directos y los indirectos.

Mientras tanto, en Barcelona y en el Palau de la Generalitat, el presidente del Circuito que es el Consejero de Empresa y Trabajo, Roger Torrent, junto con el presidente Aragonés no hacen más que intentar calmar las aguas y los nervios de los catalanes explicándonos que continúan negociando la ampliación del contrato que acaba el 2.026 con la Organización de la Fórmula1. De entrada, el que si hemos perdido es el llamado Gran Premio de España de automovilismo que es el que tenemos firmado hoy por el que si tuviera que prorrogarse el contrato habría de serlo con otro modelo y nombre de carrera a gusto de los organizadores.

O Cataluña invierte o adiós a la F1 en Montmeló

Hasta aquí son todo datos y evidencias muy concretas. Ahora es cuando venden el análisis, las explicaciones y las preguntas. ¿Por qué hemos llegado a un punto en el que Madrid nos pasa por encima y ya tiene un premio de Fórmula1 adjudicado? La respuesta es sencilla. La titularidad del Circuito de Barcelona-Cataluña pertenece a un consorcio dirigido por la Generalitat, junto con el RACC, el Ayuntamiento de Montmeló y el Ayuntamiento de Barcelona. El actual propietario de la Fórmula 1 (Liberty Media) y sus predecesores, hace años que piden una serie de mejoras al Circuito, de accesos, servicios, trazado, etc. que no superen los 30 millones y que se podían haber hecho entre 5 y 10 años atrás. Pero aquí hemos estado perdiendo el tiempo mientras ellos no hacían más que decirnos que tenían propuestas otras ciudades del mundo y nos hacían patente que este no era el mejor camino. Cómo todo el mundo sabe el dinero, el capital, es cobarde y solo busca refugio allá donde la inversión encuentre estabilidad y aquí hemos sido incapaces de darla en los últimos años. 

Ahora, una vez recibido un baño de humildad, deprisa y corriendo, se están terminando las obras y ponemos la mejor de las caras ante Stefano Domenicali y los organizadores del gran premio. Será suficiente? Pues no lo sabemos. Entre otras cosas por actitudes como la del Ayuntamiento de Barcelona que dejó de apostar por el Circuito y retiró los 7 millones añales de subvención. Una pésima iniciativa encabezada por Ada Colau y apoyada por el actual alcalde de Barcelona, el socialista Jaume Collboni. Obviamente, a la Organización de la F1 no se lo ha pasado el detalle por alto. Desgraciadamente, parece que algunos políticos solo saben poner palos a las ruedas. En casos como este el refranero acierta cuando dice “a perro flaco todo son pulgas”.


Es hora que se aporten soluciones que hagan que en el Vallès Oriental se calme el nerviosismo y nos olvidemos del terremoto del Circuito propiciado por el miedo a perder la Fórmula 1. La obligación del Gobierno de la Generalitat es gobernar para todos los catalanes, ayudando a nuestra economía y industria y no destruir más puestos de trabajo.

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